
Rápidos aspavientos por frágiles desperfectos,
hablo a gritos con el pensamiento del deseo,
vuelo entre la nada a método de entrenamiento,
pues volar se ha obligado en mi vida de entretiempos.
Adoro mi locura y la odio por momentos.
Sé que todo llega,
pero odio esperar nada,
y amo la sorpresa,
como princesa...
sin besar el suelo.
Ésto sólo es Favolandia en un día de rutina,
esto viene y se va como las hojas, como la vida
para qué perder el tiempo,
en convencernos de si llevamos o no el fuego.
Lo que tengo claro es que quieres,
quiere, queremos, queréis...
y después quiero.
Me gusta mucho, pequeña... miau!
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